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sábado, 27 de octubre de 2012

El I Ching y la sincronicidad Jungiana




No salgo de mi sorpresa. Llevo una buena temporada consultando el I Ching, el método sapiencial y oracular chino, y siempre, siempre, repito: SIEMPRE, parece responder con gran sentido, profundidad, exactitud y tino a lo que pregunto, a lo que personalmente creo que necesito saber y aplicar en mi carácter o en la práctica. Considero que soy bastante escéptica y esta curiosa e inusual coincidencia me tiene pasmada. Se me queda la boca así a veces con las respuestas



Hay que tener en cuenta que las referencias al I Ching, el Libro de los Cambios, en Internet, se suelen encontrar en páginas “esotéricas” donde se mezclan variadas mancias, la mística y la videncia de mercadillo, y las mayores y más claras prácticas supersticiosas, para mí sin valor alguno. Y aunque los 64 hexagramas del I Ching se ponen en correspondencia, a veces, con algunas cartas del Tarot y con cuestiones astrológicas, a mí, por la experiencia personal con él, me parece que está fuera de lugar en esos sitios, de dudoso gusto estético además, aparte de ser un señuelo engañoso para sacar pasta a crédulos. Siento, sea esto irracional o no, como si se mereciese otro marco más digno. También hay que decir , para ser justa, que hay páginas estupendas, como la del “Abate Soderini”, donde realizan unas interpretaciones muy interesantes de los hexagramas, con una perspectiva más cercana a nuestra escala occidental, y que no tienen que ver con las que he nombrado anteriormente.